Cuatro figuras clave de la selección argentina de fútbol femenino han decidido abandonar oficialmente el equipo. Laurina Oliveros, la portera titular; Julieta Cruz, defensa; Lorena Benítez, centrocampista; y Eliana Stábile, han tomado esta drástica medida tras una prolongada disputa por la falta de salario y las deficientes condiciones de trabajo.
La noticia estalló mientras el equipo se encontraba en pleno campo de entrenamiento durante la ventana internacional de la FIFA. Argentina tenía programados dos amistosos en casa contra Costa Rica, previstos para el 31 de mayo y el 3 de junio. Sin embargo, según afirman Cruz y Benítez, la asociación de fútbol de Argentina se niega a pagar a sus jugadoras por estos partidos.
Julieta Cruz expresó su indignación en una contundente publicación en Instagram a principios de esta semana: "Llegamos a un punto en el que estamos cansadas de las injusticias, de no ser valoradas, de no ser escuchadas y, peor aún, de ser humilladas. Necesitamos mejoras para la selección argentina de fútbol femenino, y no hablo solo de finanzas. Hablo de entrenar, almorzar, desayunar".
El contraste entre los logros de las selecciones masculina y femenina es evidente. Mientras que la selección masculina se coronó campeona en la Copa Mundial de la FIFA 2022, liderada por el astro Lionel Messi, el equipo femenino no logró avanzar más allá de la fase de grupos en el Mundial de 2023, tras perder ante Italia y Suecia y empatar con Sudáfrica.
Lorena Benítez, en su propia publicación de Instagram, denunció que durante el campo de entrenamiento solo les proporcionaron un sándwich de jamón y queso y un plátano como alimento. Además, afirmó que a las familias de las jugadoras se les cobraba 5,000 pesos por entrada para ver los partidos contra Costa Rica. "Y así hemos pasado millones de cosas, siendo ENGAÑADAS una y otra vez", añadió Benítez.
Laurina Oliveros, Eliana Stábile, Lorena Benítez y Julieta Cruz, integrantes de la selección argentina de fútbol femenino
Laurina Oliveros, por su parte, compartió un mensaje más breve pero igualmente impactante: "¿Mi deseo para este año y el siguiente? Que las generaciones venideras disfruten y sean felices corriendo detrás de una pelota, como quizás en algún momento lo fuimos nosotros".
Esta situación pone de relieve las dificultades y desigualdades persistentes en el fútbol femenino, y plantea serias preguntas sobre el compromiso de las instituciones deportivas con sus jugadoras.
