Cuando los cielos se oscurecen y las primeras gotas de lluvia caen sobre el complejo de Roland Garros, lo que debería ser una celebración del tenis se convierte en una jornada cargada de incertidumbre y preocupación tanto para los jugadores como para los aficionados. Aunque las pistas Philippe Chatrier y Suzanne Lenglen estén equipadas con cubiertas retráctiles, la mayoría de los tenistas se encuentran en vilo ante la incertidumbre de cuándo podrán saltar a la cancha. ¿Cómo enfrentan estos desafíos?
Para los organizadores de un Grand Slam, la lluvia es un enemigo temido que puede interrumpir el flujo del torneo, como lo experimenta Roland Garros 2024. Especialmente durante la primera semana, cuando hay una densidad de partidos enorme, la cancelación de un día completo de juego puede generar serios problemas logísticos. Este miércoles, se programaron 32 partidos individuales, pero solo se jugarán 9, y las previsiones meteorológicas sugieren que los retrasos podrían ser aún mayores el jueves.
Esta incertidumbre afecta especialmente a los tenistas que compiten en pistas exteriores. Además de enfrentarse a la posibilidad de jugar en días consecutivos una vez que la tormenta pase, deben lidiar con la dificultad de prepararse adecuadamente para saltar a la cancha. Aunque la cancelación del juego alrededor de las 17:00 horas alivia temporalmente la tensión, los tenistas saben que la incertidumbre persistirá mientras la lluvia amenace.
"Mentalmente, es muy difícil gestionar días así porque no tienes ni idea de cuándo te llamarán para salir a la cancha. Lo fundamental es mantenerse positivo y no dejar que la lluvia te afecte, ya que no está bajo nuestro control", comentó Álex de Miñaur. Además, destaca la necesidad de adaptar el estilo de juego a las condiciones cambiantes. "Para los jugadores con golpes potentes, la lluvia no es tan negativa, pero en mi caso, me obliga a tener más paciencia y a ser más táctico", agregó.
Los tenistas que salten a las canchas exteriores el jueves enfrentarán condiciones de máxima humedad, lo que dificultará el movimiento de la pelota y aumentará el riesgo de lesiones articulares. A pesar de estos desafíos, salir a la pista y competir es prioritario.
Roland Garros: lluvia genera tensión; tenistas y aficionados enfrentan incertidumbre y preocupación.
Taylor Fritz compartió su experiencia después de la jornada del martes, resaltando las dificultades de adaptarse a cambios repentinos en la programación. "Cuando me llamaron para salir a la cancha, me dijeron que tenía 30 minutos de margen y yo no lo esperaba. No pude seguir mis rutinas y salí a la cancha sin estar preparado. Mentalmente, es muy difícil organizarse", expresó.
Además de los desafíos en la preparación y el desempeño en la cancha, los retrasos por lluvia también afectan la logística de los tenistas, incluida la alimentación. A menudo, los jugadores consumen un plato de carbohidratos unas dos horas antes del partido, pero los retrasos significativos pueden requerir ajustes en la ingesta de alimentos para garantizar la energía adecuada sin comer demasiado cerca del encuentro.
Los aficionados también enfrentan desafíos debido a la lluvia. Aquellos con entradas para las pistas Simmone Mathieu o para las canchas exteriores han esperado durante horas para ver tenis, solo para que los partidos se cancelen eventualmente. Aunque se devuelve el dinero de las entradas, la experiencia resulta frustrante para los espectadores.
En resumen, la lluvia en Roland Garros presenta una serie de desafíos tanto para los tenistas como para los aficionados. A medida que los organizadores del torneo enfrentan la tarea de mantener el ritmo de los encuentros programados y garantizar una experiencia satisfactoria para todos, queda claro que la lluvia es un enemigo formidable que requiere paciencia, adaptabilidad y determinación para superar.
